Huertas agroecológicas en escuelas y jardines
La Vicepresidenta de la Comisión de Ambiente de la Legislatura porteña, Cecilia Segura, impulsó un proyecto para implementar huertas escolares agroecológicas en todos los niveles educativos de gestión estatal y privada .
La diputada Cecilia Segura, del Frente de Todos, presentó un proyecto de ley para que las instituciones educativas de gestión estatal o privada de la Ciudad de Buenos Aires -jardines, escuelas primarias y secundarias- desarrollen huertas agroecológicas en sus establecimientos, con el objetivo de promover el derecho a la educación ambiental y a la soberanía alimentaria a través de la agricultura. Asimismo, el proyecto promueve la implementación de currículas y talleres teórico-prácticos sobre horticultura para toda la comunidad educativa.
Al respecto, la legisladora aseguró que “las huertas son una poderosa herramienta pedagógica para fortalecer la educación y la conciencia ambiental en niños, niñas y adolescentes, a su vez que fomentan valores como la solidaridad y la participación ciudadana.
El cambio de paradigma de producción y consumo que necesitamos para recomponer y cuidar el ambiente, también requiere que las y los más jóvenes aprendan desde pequeños sobre economía circular, sostenibilidad ambiental, agroecología y seguridad alimentaria.”
La iniciativa legislativa, que fue acompañada por los legisladores del Frente de Todos Claudio Ferreño, Laura Velasco, Juan Manuel Valdés, Manuel Socías, Lucía Cámpora, Lorena Pokoik, Matias Barroetaveña, Santiago Roberto y María Bielli, plantea que una vez entrada en vigencia la ley, en un plazo de 5 años el 85% de los establecimientos educativos de gestión estatal primaria y secundaria deberán contar con una huerta escolar agroecológica.
A su vez, el proyecto propone que los excedentes de compostaje y semillas que no sean utilizados para resiembra en las huertas, se distribuyan entre las y los miembros de la comunidad educativa, con el fin de replicar los conocimientos aprehendidos.
“Las huertas agroecológicas promueven la producción de alimentos sanos y permiten replantear los modos de vida de las personas en el ámbito urbano. Definitivamente creemos que este tipo de enseñanza permitirá que los niños y adolescentes incorporen prácticas amigables con el ambiente, que luego podrán reproducir en su entorno, contribuyendo al cambio de paradigma que necesitamos para cuidar nuestra casa común”, sostuvo Cecilia Segura.