Presentan un proyecto para subsidiar a los salones de fiestas cerrados por la pandemia
Un grupo de legisladores de la oposición presentó un proyecto de ley en la Legislatura porteña para que el Gobierno subsidie a los salones de fiestas y centros culturales, cerrados durante la pandemia. La iniciativa busca que se garanticen una serie de medidas de auxilio para estos sectores, que tienen actividad nula o prácticamente nula desde marzo pasado.
El proyecto fue presentado por Matías Barroetaveña, Santiago Roberto, Claudio Morresi y Manuel Socías, todos del Frente de Todos. El primero de ellos destacó que el objetivo es brindar una asistencia económica que garantice la subsistencia de estas actividades mientras las autoridades vayan autorizando la vuelta a su funcionamiento total.
Entre las medidas de ayuda, se mencionan exenciones impositivas, créditos blandos y subsidios. “Resulta indispensable llevar a cabo una política focalizada en auxiliar a estos sectores, que se encuentran en apertura cero o casi cero durante esta nueva normalidad”, justificó Barroetaveña.
Los legisladores puntualizaron que los salones y centros culturales “no poseen aún un cronograma o un protocolo que fije cómo formalizar su apertura”, lo que habla de una permanencia en el mediano plazo con la misma condición actual. “No es posible pensar que sobrevivan sin un Estado presente”, agregó el diputado porteño.
Por el momento, los salones tienen permitido realizar delivery de alimentos, take away o colocar sillas y mesas en la vereda para ofrecer servicios de gastronomía. Aunque los dueños enfatizan en que la medida no tiene impacto real, dado que la gente “no va a comer a los salones, va a los restaurantes o bares”.
En cuanto a los centros culturales, aquellos que realizan presentaciones ante el público fueron autorizados a reabrir con un 30 por ciento del aforo total con el que cuentan. Por ello, los espacios pequeños no se vieron del todo beneficiados, ya que el límite a la concurrencia hace que en ocasiones los espectáculos se realicen a pérdida, dado que solo admiten escasos espectadores.
Ante un cierre prolongado, que a mediados de marzo llegará al año, muchos salones de fiestas se vieron obligados a ofrecer otros servicios, como catering a domicilio. La situación se acomplejiza aún más debido a que, en el hipotético caso en que se les permita reabrir, la reactivación no será inmediata. Por una cuestión organizativa, las fiestas y eventos se realizan bajo una preparación previa, a diferencia de otros rubros, en los cuales estar autorizados a abrir les implica rápidamente recibir clientes.