La Estación Retiro, ícono del transporte y la arquitectura porteña

La Estación Retiro, ícono del transporte y la arquitectura porteña

Pasan por ella más de 50 millones de personas cada año, apuradas por abordar el tren hacia su casa o terminando un prolongado viaje hacia su trabajo o estudios. Símbolo de la rutina diaria, tal vez resulte  desapercibida su imponencia y majestuosidad, pero para la Ciudad de Buenos Aires, la Estación Retiro, terminal del Ferrocarril Mitre, es uno de los emblemas arquitectónicos.

La estación se inauguró hace más de un centenario, específicamente en 1915, cuando existía una fuerte influencia inglesa en Buenos Aires. Por ello, sigue el modelo arquitectónico inglés, lo que la asemeja con las terminales ferroviarias británicas y estadounidenses. La construcción estuvo a cargo de Eustace Louristin Conder, de nacionalidad inglesa. La misma está hecha en dos cuerpos.

El edificio delantero es de mampostería. Aquí sobresalen los altos ventanales, las confiterías y el Gran Hall, que tienen influencia francesa. Por su parte, el sector trasero es de metal, tal como se inspiraban las edificaciones post Revolución Industrial, y se sitúan en él los ocho andenes de entrada y salida de los trenes. Son 250 metros de largo en total cubiertos por la imponente estructura, la cual con el correr del tiempo sufrió modificaciones pero mantiene su esencia, que la hace divisible desde edificios cercanos.

La terminal de Retiro es la estación ferroviaria más grande de la Argentina. Convergen en ella los tres ramales en los que se bifurca la Línea Mitre, que llega hacia el norte del Gran Buenos Aires (Tigre, José León Suárez y Olivos). En su recorrido, las formaciones pasan por barrios como Palermo, Belgrano, Núñez, Colegiales, Villa Urquiza, Saavedra o Villa Pueyrredón.

El edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional en el año 2006 , lo que le brinda protección jurídica para su mantenimiento estructural. Fuera de Retiro, las terminales de Constitución y Once también albergan majestuosas construcciones, pero la primera de ellas es la más reconocida en la Ciudad y a nivel turístico. Enfrente se ubica la Torre de los Ingleses, y a pocos metros, la Plaza San Martín. En la esquina de la Estación, se da comienzo a la avenida del Libertador, una de las más destacadas en la Ciudad.

En la última década se llevaron a cabo varias remodelaciones. En 2014 se reacondicionó la iluminación y se cambiaron los techos vidriados en los andenes. Poco después se reemplazaron los viejos molinetes, otro ícono de la estación, por los más modernos, capaces de leer la tarjeta SUBE.

En el gobierno de Mauricio Macri, cambiaron los pisos y se restauró la cúpula central, junto a los techos externos.

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