El gobierno renovó solo el 65% de deuda que vence esta semana
Martín Guzmán comenzó agosto con un traspié en su estrategia financiera. En la primera licitación de deuda en pesos del mes, que representaba un desafío importante por el abultado monto de los vencimientos a refinanciar, solo logró renovar el 65%.
Quedaron $77.500 millones sin refinanciar y podría haber un nuevo pedido al BCRA para cubrirlo. El mercado le puso un tope a la extensión de plazos. Economía ajustará la estrategia para fondearse.
Traspié: Guzmán renovó sólo 65% de deuda que vence esta semana.
El Ministerio de Economía colocó ayer $146.345 millones frente un volumen de pagos semanales por cerca de $224.000 millones. Así, quedaron sin renovar unos $77.500 millones, que deberán ser cancelados este jueves. Una posibilidad latente es que, para afrontarlo, el Tesoro necesite pedir una nueva asistencia monetaria al Banco Central, algo que Guzmán procura evitar para evitar sumarle más presión a los dólares paralelos.
Más allá de que aún restan meses complejos en el marco de un mercado tensionado en pleno clima electoral, la licitación de ayer representaba una prueba mayúscula. Aglutinaba el desafío de renovar el mayor vencimiento semanal del año, concentrado en dos bonos (el Boncer TX21 y el Badlar TB21) y con 100% de acreedores privados.
Ante ello, la Secretaría de Finanzas había ofrecido un menú sin letras cortas, con siete instrumentos a 2022 y 2023 plazo, sumado al regreso de los bonos dólar linked para dar una señal de que no prevé una devaluación poselectoral.
Pese a ello y a que convalidó otra suba de la tasa en los títulos CER (atados a la inflación), no logró juntar lo necesario para refinanciar los pagos, en el contexto de un mercado en modo electoral que le pone un tope a la extensión de los plazos de colocación.
Fuentes de Economía asociaron el resultado a una mayor demanda de una parte de los inversores por instrumento más cortos y se mostraron optimistas en que se podrá revertir en las próximas licitaciones, menos cargadas de vencimientos. Para ello, adelantaron que actuarán con flexibilidad y adecuarán los plazos a ofrecer.
En concreto, Economía recibió un total de 1.032 ofertas por un total de $157.777 millones de valor nominal, del cual se adjudicó un valor efectivo de $146.345 millones. Es decir que de por sí la demanda fue baja en relación a los vencimientos. Del monto captado, el 54% fue a títulos ajustables atados a la inflación (Lecer a febrero y a julio próximos y Boncer TX23 a 2023), un 30% dólar linked (a abril y noviembre de 2022) y 16% a tasa Badlar (a abril de 2022 y febrero de 2023).
Con respecto a las tasas, el rendimiento real convalidado para los instrumentos CER subió en promedio al 2,8%. En la licitación previa había sido del 2,6% y en la anterior del 2,4%. Los bonos a tasa Badlar pagaron 41,75% nominal anual el más corto y 42,18% el más largo. Mientras que los dólar linked, que rendían apenas negativo en el mercado secundario, se reabrieron con una tasa de corte del 0,27% a abril y del 0,51% a noviembre de 2022.
La consultora Gabriel Rubinstein y Asociados consideró que la licitación fue “muy mala” y advirtió que los pesos que quedaron sin refinanciar podrían sumar “combustible para el CCL (dólar contado con liquidación)”. La preocupación es que quienes decidieron cobrar sus tenencias en lugar de renovarlas busquen dolarizarse a través de la Bolsa y presionen sobre la brecha cambiaria, que el Gobierno procura mantener bajo control con intervenciones del Central.
Consultados por Ámbito, en Economía plantearon que el resultado no va a afectar directamente al CCL ya que el universo mayoritario de tenedores que no renovó estaba conformado por bancos y fondos comunes de inversión, que por sus mandatos de inversión no se volcarían a dolarizarse. “Es más una preferencia de plazos más cortos que de moneda.
No vemos que pueda generar ninguna tensión en el dólar paralelo. En las próximas semanas vamos a ajustar el menú de instrumentos con flexibilidad para que le sirva a la estrategia del Tesoro y que sea atractivo para los inversores”, afirmaron. Además, valoraron que la emisión de bonos dólar linked “ayuda a disipar expectativas devaluatorias” y consideraron un acierto haber ofrecido estos títulos.
“Fue un mal resultado que complica un poco la estrategia financiera. Quizás en la próxima licitación ofrezcan de nuevo instrumentos más cortos y suban algún punto más la tasa para atraer a los inversores que no entraron”, señaló Joaquín Waldman, economista de Ecolatina. Y respecto de potenciales tensiones cambiarias adicionales, sostuvo que dependerá de la decisión que tomen los inversores que no renovaron y de si el Tesoro precisa pedirle mucho al BCRA para afrontar este pago o si tiene colchón como para aguantar.
En lo que resta de agosto, Finanzas intentará juntar los pesos no renovados esta vez y minimizar la necesidad de emisión monetaria. Según el cronograma oficial, habrá dos licitaciones más antes de fin de mes (el miércoles 18 y el viernes 27) y los vencimientos a renovar rondarán los $95.000 millones.
En julio ya se había acelerado la asistencia monetaria del BCRA, que le giró $180.000 millones al Tesoro, algo esperable por la estacionalidad y la ampliación del gasto público encarada por el Gobierno tras la disciplina fiscal de comienzos de año.
Ese mismo mes, más exigente en materia de vencimientos (como también lo serán agosto y septiembre) se redujo el porcentaje de rollover de la deuda del 125% en el primer semestre al 112% y el financiamiento neto fue de $34.900 millones.
La meta de Guzmán es cubrir el 60% del déficit con emisión monetaria y el 40% con deuda en pesos. Con prudencia fiscal y monetaria, en los primeros siete meses logró sobrecumplirlo y acumuló 56% y 44% respectivamente. El resultado de ayer confirma que el segundo semestre será más desafiante para esa estrategia.