Reconocimiento internacional a la revitalización de cascos históricos

Reconocimiento internacional a la revitalización de cascos históricos

El patrimonio urbano de América Latina y el Caribe vuelve a tener una cita de alto nivel: el Premio Gubbio 2025 ya abrió su convocatoria y busca reconocer las mejores prácticas en revitalización histórica de la región.

Entre el 1° de julio y el 15 de agosto, instituciones, profesionales y gestores podrán postular sus proyectos para participar de esta distinción internacional, que impulsa una mirada contemporánea sobre la conservación activa del patrimonio cultural y urbano.

El Premio Gubbio es una herramienta fundamental para poner en valor las iniciativas que resignifican el pasado de nuestras ciudades con criterios de sustentabilidad, inclusión y visión de futuro, destacaron desde el Ministerio de Cultura porteño, uno de los organizadores locales de la edición 2025.

El Premio Gubbio América Latina y el Caribe, que llega a su novena edición, representa una plataforma fundamental para destacar los proyectos que integran conservación patrimonial, arquitectura contemporánea y planificación urbana con criterios de equidad social y sostenibilidad ambiental.

Organizado en conjunto por la Asociación Nacional de Centros Históricos y Artísticos de Italia (ANCSA), la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el galardón ha consolidado una red de intercambio cultural y técnico que abarca todo el continente.

A lo largo de sus ediciones anteriores, el Premio Gubbio ha dado visibilidad a experiencias transformadoras desarrolladas en cascos históricos de ciudades grandes y pequeñas.

Desde restauraciones puntuales hasta estrategias integrales de rehabilitación urbana, el jurado evalúa un abanico diverso de iniciativas que logran conjugar la memoria del lugar con las necesidades actuales de sus habitantes. La intención no es congelar el patrimonio, sino proyectarlo hacia nuevas funciones y sentidos comunitarios.

Las bases, ya disponibles en el sitio web del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, establecen criterios claros para la presentación de proyectos.

Se valorarán, por ejemplo, las intervenciones que respeten la autenticidad de los bienes patrimoniales, aquellas que utilicen materiales y técnicas tradicionales combinadas con soluciones contemporáneas, y las que promuevan la participación ciudadana en los procesos de revitalización.

En ese sentido, los organizadores destacan que el enfoque de esta convocatoria busca superar la lógica de la “preservación estática” para favorecer una conservación activa y dinámica, que haga del patrimonio un motor de desarrollo local. “La inclusión de nuevas arquitecturas en paisajes históricos es posible cuando se hace desde el respeto y el diálogo entre tiempos”, sostienen desde la Gerencia Operativa de Cascos Históricos, que será la encargada de coordinar la recepción y evaluación de los trabajos.

Las experiencias premiadas en ediciones anteriores revelan la potencia del patrimonio como catalizador de transformaciones urbanas positivas.

Por ejemplo, en la edición 2023, fueron reconocidos proyectos de recuperación de espacios públicos en centros históricos de Quito, Córdoba y La Habana, así como intervenciones de escalas menores pero gran impacto simbólico y comunitario en localidades como Ouro Preto (Brasil) y Villa de Leyva (Colombia).

Más allá del reconocimiento simbólico, los proyectos seleccionados forman parte de una muestra virtual que se inaugura cada año como parte del proceso de premiación, permitiendo que sus metodologías, resultados y desafíos sean compartidos con gestores, estudiantes, arquitectos y responsables de políticas públicas de toda la región.

La edición 2025 no será la excepción. Según se informó, todos los trabajos seleccionados se exhibirán en una exposición digital que estará disponible a partir del 20 de octubre, mientras que la ceremonia de premiación se llevará a cabo el 4 de noviembre, también en formato virtual.

Esto asegura una participación amplia y accesible, independientemente de las distancias geográficas o los presupuestos institucionales.

La importancia de este tipo de premios no es menor en un contexto donde muchas ciudades latinoamericanas enfrentan fuertes presiones del mercado inmobiliario, el abandono de áreas históricas o la turistificación no planificada.

Reforzar el rol del patrimonio como bien común y como eje estructurante de políticas públicas es hoy una prioridad para muchas gestiones locales.

Además, este tipo de convocatorias genera un efecto multiplicador: los proyectos reconocidos inspiran nuevas iniciativas, fortalecen redes técnicas y estimulan a gobiernos y comunidades a invertir en la recuperación del tejido histórico.

Y lo hacen desde una lógica que no es meramente estética, sino que entiende el patrimonio como parte de un entramado social, económico y cultural en constante transformación.

El Premio Gubbio América Latina y el Caribe, entonces, no solo entrega una distinción. Promueve una visión compartida sobre el valor del pasado para construir un futuro más inclusivo, sostenible y respetuoso de la identidad local. Un premio que reconoce obras, pero también formas de pensar y hacer ciudad.

Desde mi experiencia como periodista que sigue de cerca el pulso cultural y urbano de nuestra región, celebro este tipo de iniciativas que abren caminos para que el patrimonio no sea solo una postal, sino una herramienta viva de transformación. Porque conservar no es anclarse, sino crecer con memoria.

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