Lanzan controles sobre los cuidacoches en la ciudad
Hubo que esperar más de diez años el gobierno porteño para avanzar contra la actividad ilegal de los cuidacoches en la ciudad, con la reforma del Código Contravencional aprobada en diciembre pasado, consiguió el marco legal para habilitar el accionar policial ante los trapitos y, -principalmente, las organizaciones que lucran en el espacio público, “el debut fue anoche en la zona del estadio Monumental donde River recibió a Defensa y Justicia por la Superliga Argentina de Fútbol”.
Si bien la ley recién entrará en vigor mañana, el operativo de ayer sirvió para mostrar cómo se actuará en los eventos masivos donde se prevén las sanciones más severas castigos que se endurecen si se comprueba que la actividad es realizada por personas ligadas a los clubes es decir, barras- y si existiese connivencia policial, “anoche fueron efectuadas 32 actas contravencionales por exigir dinero a cambio de cuidar vehículos, -no hubo detenciones”.
La contravención tuvo el efecto de aviso. Si durante el operativo de anoche, que incluyó brigadas de investigaciones, infantería, policía motorizada y patrulleros, un trapito reincidía en la conducta podría haber sido detenido. -desde mañana ya no habrá advertencia: la policía estará habilitada para aprehender en la primera infracción que detecte.
Desde dos horas antes del comienzo del partido, programado para las 20, había trapitos esparcidos por diferentes esquinas cercanas al estadio, para ofrecer estacionamiento a cambio de dinero en forma individual o en parejas, como en Manuel Ugarte y Roosevelt, -también en Manuel Ugarte y 3 de Febrero, y en Roosevelt y Montañeses donde ubicaban a los vehículos sobre la vereda por $200.
“Todavía no hay trapitos cero, pero hay mucho menos que en otras oportunidades. Tenemos el apoyo de la legislación y de la Fiscalía de la Ciudad. Cuando se detectó un trapito se le secuestró el dinero y se le advirtió para que cesara en su actividad”, le dijo a LA NACION Valeria Sikorski, -titular del flamante Comité de Seguridad en el Fútbol.
En lo que llamamos Zona de Seguridad, un perímetro de hasta 1000 metros desde el estadio, aspiramos a tener trapito cero. Consideramos que se logrará en forma progresiva”, agregó, -el operativo estuvo dividido en lo que ahora se denominan perímetros, antes anillos.
El más alejado del estadio, donde suelen trabajar los trapitos, se dividió en cuatro zonas para abordarlos con diferentes equipos de seguridad. Como se pudo comprobar, los cuidacoches realizaban su actividad y se escondían al ver alguna patrulla o policía. Luego, cuando pasaban, volvían a ofrecer estacionamiento; Fernando, el encargado del edificio en la esquina de Monroe y Arribeños, es un testigo cercano de lo que ocurrió en la cuadra.
“Siempre había una mujer y un hombre en la esquina que mandaban a los chicos para que les avisen si pasaba la policía. Hoy [por ayer] no los veo”, dijo, -para Fernando Alfonso, vecino del barrio, nada cambió. “Los días de partido siempre hay trapitos. Recién pasó uno que se estaba quejando porque no lo dejaban cuidar los coches”, contó entre ambos sintetizan lo que ocurrió anoche: hubo cuidacoches, pero quizás ocultos o en menor cantidad.
La batalla que dio el oficialismo contra los trapitos es de larga data y empezó cuando Mauricio Macri era jefe de gobierno porteño, -fueron varios los intentos del por entonces Pro para debatir en la Legislatura un proyecto que le permitiese prohibir la actividad de los cuidacoches.
Hasta llegar a la mayoría propia que el año pasado le posibilitó sancionar la ley, el gobierno fracasó en diferentes instancias y hasta debió vetar una norma que permitía la regulación de los cuidacoches en 2009 se ubica la primera referencia cuando el diputado de Pro, Martín Borrelli, por entonces presidente de la comisión de Justicia, presentó un proyecto para modificar el Código Contravencional, -que no tuvo aceptación entre sus colegas.
Sí resultó exitosa la propuesta que elaboró la oposición en diciembre de 2011 y que fue sancionada creando el Registro de Cuidadores de Vehículos para regular la actividad de los trapitos. Días después de la sanción de la ley, Macri la vetó, -pasaron varios intentos más por conseguir el aval en el recinto para prohibir la actividad en la vía pública. Algunos años, la propuesta del oficialismo quedaba estancada y no llegaba a discutirse en el recinto.
Mientras tanto, la Justicia empezaba a cercar a los cuidacoches reincidentes que, para evitar llegar a un juicio contravencional, fueron instados a realizar trabajos comunitarios en hospitales o iglesias mediante probation, -casi diez años después, el bloque Vamos Juntos logró imponer su mayoría en la Legislatura y sancionar la reforma del Código Contravencional. Hubo rechazo de la oposición y también de grupos de cuidacoches y limpiavidrios, también prohibidos por las nuevas normas, que reclamaron por su derecho al trabajo.
Parrillas y manteros, también prohibidos; La recuperación del espacio público en eventos masivos no solo involucró a los cuidacoches en las inmediaciones del estadio de River Plate , sino también a otras actividades ilegales que se desarrollaban en esa zona cada vez que se disputaba un partido de fútbol, -un recital o algún otro show artístico.
La avenida Udaondo, desde Avenida del Libertador y hacia al río, lució ayer irreconocible, a tal punto que muchos hinchas de River, habituales concurrentes a los partidos, se mostraban sorprendidos.
¿Cuál fue la razón?; Se prohibió la instalación de las parrillas, que solían ocupar las veredas del Tiro Federal y de las viviendas particulares, para evitar la venta ilegal de choripanes, sándwiches, bebidas y otros alimentos sin control ni autorización.
Tampoco hubo lugar para los manteros que acostumbraban vender gorras, remeras, banderas y otros productos en el camino previo al ingreso al estadio, -la medida formó parte de un operativo organizado por los ministerios de Seguridad y Justicia y de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad. El primero de ellos apuntó directamente al control de los cuidacoches. Y el segundo, a prohibir la comercialización en la calle en forma clandestina.
“Hay una firme decisión de ponerse más estrictos con la venta ilegal de bebidas o cualquier otro tipo de producto, -las parrillas que estaban en Udaondo no tenían permiso y por esa razón ya no están. Se trata de cuidar el medio ambiente y el espacio por donde circula la gente.
El operativo se organizó desde Avenida del Libertador hacia el Monumental. En esa zona se tuvo especial cuidado”, señaló Gonzalo Bomparola, agente de la Dirección General de Fiscalización del Espacio Público que estaba trabajando en el lugar, -el desalojo de manteros viene siendo una política de la administración porteña desde hace algunos años cuando se propuso liberar la peatonal Florida, la avenida Avellaneda y las zonas de Once, Liniers y la terminal de Retiro.