El Museo Sívori celebra el arte y reabre sus puertas con novedades
El Salón Manuel Belgrano, ícono de la escena artística argentina, celebró su 68ª edición con una doble inauguración: la entrega de premios a los artistas más destacados y la reapertura de un renovado Museo Sívori.
Con una ceremonia cargada de emoción, arte y compromiso cultural, este evento reafirma su lugar central en la promoción del talento nacional. “Este certamen no solo reconoce a los mejores artistas, sino que también enriquece nuestro patrimonio cultural y refuerza el vínculo entre el arte y la comunidad”, expresó Gabriela Ricardes, ministra de Cultura porteña, durante el acto inaugural.
El mediodía del sábado 28 de diciembre marcó un momento clave para el arte argentino. Autoridades porteñas, artistas y público en general se congregaron en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, en el corazón del Parque Tres de Febrero, para presenciar la entrega de premios del Salón Manuel Belgrano y recorrer la exposición de las obras seleccionadas.
Este certamen, que desde 1945 celebra la excelencia en pintura, escultura, dibujo, grabado y monocopia, volvió a destacar el talento de creadores nacionales.
La jornada comenzó con la entrega de premios, donde figuras emergentes y consagradas fueron reconocidas por sus piezas excepcionales. Emilio Reato, con su obra «Memoria de astronauta», se alzó con el primer premio en pintura, mientras que Mónica Canzio obtuvo el máximo galardón en escultura por su imponente «Venus negra».
En dibujo, Santiago Raffo destacó con “Guilielmus”, mientras que María Suardi y Vera Rodríguez lideraron en grabado y monocopia, respectivamente.
La inauguración de la 68ª edición del Salón coincidió con la reapertura del Museo Sívori, que recientemente finalizó un proceso integral de puesta en valor.
Entre las mejoras destacan la restauración de cubiertas y azoteas, reparaciones estructurales internas y la optimización de áreas de almacenamiento para la preservación de colecciones.
También se realizaron arreglos en los sistemas de climatización y en el montacargas, garantizando una experiencia más cómoda tanto para visitantes como para las obras exhibidas.
“Estos avances refuerzan el compromiso del Museo Sívori como un faro cultural en Buenos Aires. Un espacio que preserva el arte nacional y fomenta su difusión”, destacó la ministra Ricardes, subrayando la importancia de la conexión entre el arte y la ciudadanía.
El Salón Manuel Belgrano no solo premia el talento, sino que también enriquece el patrimonio artístico del Museo Sívori.
Las obras galardonadas con los primeros premios pasan a formar parte de la colección permanente, asegurando su conservación y difusión.
Además, el certamen se consolida como una plataforma de visibilidad para artistas emergentes, quienes encuentran en este espacio una oportunidad única para conectar con el público y fortalecer su carrera.
Por su parte, Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, destacó el impacto del arte en la identidad cultural de la ciudad.
«Cada obra que integra este salón representa el espíritu creativo de Buenos Aires. Somos un semillero cultural que no solo nos enorgullece como porteños, sino que también es un atractivo para quienes nos visitan», señaló.
Entre los ganadores, destacan nombres como Elena Blasco, Trisha Van Asperen Tiepelmann y Yamila Cartannilica, cuyas obras reflejan una diversidad de estilos y técnicas que enriquece el panorama artístico actual.
Este año, los jurados tuvieron la compleja tarea de evaluar piezas que exploraron temas como la memoria, los vínculos humanos y las transformaciones de la naturaleza.
Las menciones especiales también fueron motivo de celebración, destacando la calidad de las propuestas en cada categoría.
Obras como “Picado en Tinogasta”, de Lucas Rocino, y “Archivo de ID”, de Luciano Pozo, resonaron por su profundidad conceptual y su ejecución técnica.
El Salón Manuel Belgrano y el renovado Museo Sívori se erigen como pilares fundamentales en la promoción y preservación del arte argentino.
Esta edición no solo celebró el talento contemporáneo, sino que también reafirmó el compromiso de la Ciudad de Buenos Aires con la cultura como herramienta de transformación y conexión social.
Con su legado intacto y una visión renovada, el Salón promete seguir siendo una cita ineludible para artistas y amantes del arte.