Jorge Macri presentó nuevos móviles y tecnología policial

Con el foco puesto en fortalecer la presencia en las calles y preparar mejor a las fuerzas de seguridad ante emergencias reales, el Gobierno porteño sumó 60 nuevas motos, 120 camionetas y un avanzado simulador de incendios para la formación de policías y bomberos.
La apuesta va más allá del equipamiento: es una declaración de intenciones sobre cómo se quiere abordar la seguridad urbana en la Ciudad de Buenos Aires.
Asumimos el compromiso de ordenar la Ciudad y reforzar la seguridad con más tecnología y equipamiento para aumentar la capacidad de despliegue y cubrir mejor las zonas.
Invertimos en seguridad porque nuestra prioridad es cuidar a todos los vecinos, sostuvo el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, durante el acto en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP), en Villa Soldati.
La iniciativa presentada por el Ejecutivo porteño no se trata solo de una actualización de flota, sino de una inversión estratégica que busca mejorar tanto la prevención del delito como la respuesta ante emergencias.
La incorporación de 60 motos y 120 camionetas se enmarca en un plan integral para aumentar la visibilidad y la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad en los barrios.
Y este solo es el comienzo: está previsto que durante el año se sumen 120 patrulleros y 20 cuatriciclos, con lo que se alcanzará una flota total de 2.700 vehículos.
Este refuerzo permitirá una mayor cobertura territorial y una reacción más rápida ante situaciones de urgencia.
La elección de vehículos ágiles como las motos y los cuatriciclos responde a las características particulares de distintos entornos urbanos y barriales, donde muchas veces el acceso rápido es clave.
En zonas con alta densidad de tránsito o calles angostas, estos medios marcan una diferencia en la eficacia del patrullaje.
Pero la novedad más destacada por su nivel de innovación es la incorporación de un simulador de incendios de última generación, diseñado para la formación de los aspirantes y efectivos del cuerpo de Bomberos de la Ciudad.
Este dispositivo —único en su tipo en el país— permite entrenar bajo condiciones controladas pero realistas, sin comprometer recursos operativos ni poner en riesgo a los instructores o al personal en formación.
El simulador está ubicado en el centro táctico de entrenamiento del ISSP, frente a la torre de instrucción. Consta de dos contenedores apilados, de 12 y 6 metros de largo, accesibles por escaleras reforzadas.
Las instalaciones simulan espacios cerrados que pueden calentarse, llenarse de humo y generar fuegos reales, gracias a dos bombas de gas propano controladas digitalmente.
Además, cuenta con sensores, audio ambiente, sistema de humo sintético, una cisterna y un equipo de electrobombas para reutilizar el agua utilizada en las prácticas.
La tecnología incorporada permite recrear distintos escenarios, desde incendios en viviendas hasta situaciones más complejas como rescates en espacios confinados o evacuaciones a oscuras.
Según explicaron desde el Ministerio de Seguridad porteño, la herramienta no solo mejora las habilidades técnicas de los bomberos, sino que también entrena aspectos psicológicos fundamentales como el manejo del estrés, la coordinación en equipo y la toma de decisiones bajo presión.
Durante la presentación, el ministro de Seguridad, Horacio Giménez, y el secretario de Seguridad, Maximiliano Piñeiro, acompañaron a Jorge Macri.
Ambos funcionarios destacaron que la incorporación del simulador marca un antes y un después en la capacitación de los bomberos y refleja una política de seguridad con visión a largo plazo.
“No podemos esperar a que ocurra una tragedia para evaluar si nuestros equipos están preparados. Este tipo de tecnología nos da una ventaja anticipada. Podemos preparar mejor a nuestras fuerzas y garantizar una respuesta más eficiente ante cualquier situación crítica”, declaró Piñeiro.
Desde el Gobierno aseguran que esta inversión es parte de una política de Estado que pone a la seguridad en el centro de la gestión.
La suma de móviles, tecnología y entrenamiento busca atender las demandas vecinales, pero también anticiparse a los desafíos que impone una ciudad en constante movimiento.
En ese sentido, la modernización del equipamiento y la profesionalización de las fuerzas son dos pilares que la gestión actual quiere consolidar como parte de su legado.
Cabe recordar que en los últimos meses se vienen registrando cambios en el diseño del despliegue policial, con más presencia en zonas de alto tránsito, horarios rotativos para evitar patrones predecibles y un incremento en los controles en áreas críticas.
Todo esto se articula con herramientas de inteligencia urbana, como las cámaras de vigilancia con software de análisis de comportamiento, el uso de drones y la integración de datos en tiempo real.
Aunque la seguridad ciudadana sigue siendo uno de los temas más sensibles y debatidos en la agenda pública, estas medidas parecen apuntar a un enfoque más profesional y menos reactivo.
No se trata solo de mostrar patrulleros en la calle, sino de dotar al sistema de capacidades operativas y logísticas que permitan actuar con eficacia cuando cada segundo cuenta.
Como cronista que recorre a diario la Ciudad, puedo decir que este tipo de decisiones no pasan desapercibidas.
Se siente cuando hay más presencia en las calles, se nota cuando los equipos están mejor preparados. Claro que los resultados no son inmediatos, pero la dirección parece ser la correcta.
En materia de seguridad, la prevención, la inversión y el entrenamiento son tan importantes como la reacción. Y esta vez, el Gobierno porteño parece haberlo entendido.